15/9/07

El instituto Pedro Kourí, una joya de la salud en Cuba.

El Instituto Pedro Kourí, fundado en el año 1937 ha contribuido a que Cuba sea un participante de categoría mundial en la lucha contra las enfermedades tropicales.
Está ubicado a unos 15 kilómetros del centro histórico de la ciudad, exactamente en el municipio de la Lisa y es hoy por hoy un moderno complejo de 10 edificios en el que eminentes científicos investigan más de 12 especialidades que van desde biotecnología hasta los tratamientos para el VIH/sida.
Para cada uno de ellos su divisa principal es contribuir a mejorar la calidad de vida de la población cubana y del resto de la comunidad internacional y lo consiguen ofreciendo servicios rápidos, especializados y de alta tecnología en el diagnóstico, la atención médica, la docencia y en el desarrollo de proyectos de investigación; dirigidos fundamentalmente a la prevención, control y eliminación de las enfermedades transmisibles .
Es esta una Institución de alcance internacional, integrada por personal competente con alto desempeño, que mejora continuamente su tecnología y sus servicios para enfrentar este tipo de enfermedades y satisfacer las necesidades de la población y de sus propios trabajadores.
El director del instituto, es el hijo de su fundador, el doctor Gustavo P. Kourí, otra institución dentro de la institución.Un hombre de una consagración sin límites que ha heredado de su familia no solo el amor por la medicina, sino también esa férrea voluntad de dedicar su vida a las mejores causas.
Así lo confirman los muchos reconocimientos nacionales e internacionales recibidos por él y su institución, entre ellos ,el de Héroe de la República de Cuba y una medalla que le otorgó el Vaticano.
Al proseguir la labor de su padre, el doctor Gustavo Kourí ha convertido a este instituto en el principal centro de investigación y tratamiento en medicina tropical y enfermedades infecciosas no solo de Cuba, sino también en un centro de primera clase a nivel mundial.
El doctor Kourí se ha destacado además en diversas e importantes actividades. Dirige el Centro Colaborador de Investigación y Adiestramiento en Malacología Médica y Control Biológico de Vectores y Huéspedes Intermediarios de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, uno de los tres centros colaboradores de la OPS/OMS que funciona en el IPK. Es miembro de la Junta Coordinadora Común del Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales y miembro del Consejo de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas. También formó parte del Comité Asesor del Centenario de la OPS, en 2002, cuando la organización celebró sus 100 años.
Durante 20 años, la labor del instituto Pedro Kourí se concentró en las enfermedades parasitarias que más preocupaban a Cuba, entre ellas: malaria, filariosis de Bancroft, fascioliasis hepática, amebiasis y otros parásitos intestinales. Estudiantes de los Estados Unidos, América Latina y otras regiones acudían a este centro para recibir capacitación en medicina tropical y en investigación.
Su fundador, el doctor Pedro Kourí representó a Cuba en congresos nacionales e internacionales, entre ellos, el Tercer Congreso Mundial de Microbiología, realizado en Nueva York en 1939, donde anunció su descubrimiento de un nuevo parásito, Inermicapsifer cubensis. Elaboró nuevos métodos para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades parasitarias, y los publicó en los cuatro volúmenes de Lecciones de Parasitología y Medicina Tropical y se mantuvo dirigiéndolo hasta su muerte ocurrida en el año 1964.
Pero en el año 1979 el Ministerio de Salud Pública asume a la institución científica y es el propio Comandante en Jefe quien le pide al joven Gustavo que continúe la obra de su padre y la responsabilidad de dirigirla.
“Empezamos esta etapa con el apoyo pleno de nuestro gobierno y decidimos llevar al instituto al más alto nivel científico en el menor tiempo posible", dice Kourí.

El nuevo Instituto Kourí estableció relaciones científicas con organizaciones internacionales de todo el mundo y con otros países, entre ellos, los Estados Unidos. El apoyo del Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales (TDR) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Mundial y la OMS, fue particularmente crucial para la reorganización del instituto.
El Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales (TDR ) aportó capacitación, subvenciones para investigaciones y proyectos y ayudó al instituto a efectuar intercambios con otros centros científicos de todo el mundo.
Actualmente, el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí ocupa 52.000 metros cuadrados y cuenta con 700 trabajadores; se ha convertido en el principal centro de investigación y de capacitación en enfermedades infecciosas de Cuba, además de tener un rol fundamental en las iniciativas internacionales para controlar las enfermedades tropicales.
Muchos de los laboratorios nacionales de Cuba funcionan en el instituto, donde también se ofrece una atención terciaria a pacientes con VIH/sida.

Aunque inicialmente el instituto limitaba su trabajo a la parasitología y la medicina tropical, ahora se ocupa de las enfermedades infecciosas en general, y tiene proyectos en más de 12 temas de investigación, los que varían desde enfermedades de transmisión sexual e infecciones en pacientes con inmunodepresión hasta estrategias para el control del mosquito Aedes aegypti.
El IPK , como también se le conoce, está a cargo de la evaluación y de las pruebas clínicas de todas las vacunas producidas en Cuba y entre las vacunas que el propio instituto está desarrollando se encuentran una vacuna recombinante contra el dengue y otra para el VIH.
También está a cargo del control y evaluación del tratamiento antirretroviral para el VIH/sida, que en nuestro país se suministra sin costo alguno a los que padecen la infección.
Por otra parte, el Instituto Pedro Kourí tiene un programa de residencia en medicina y ofrece maestrías y doctorados en virología, bacteriología, parasitología, control de vectores, epidemiología y enfermedades infecciosas, no olvidemos que fue Cuba el primer país de América en eliminar la poliomielitis y se han producido aquí vacunas contra 13 enfermedades infecciosas , por ende, la incidencia de éstas es muy baja.
Desde 1980 el instituto Pedro Kourí ha capacitado a más de 20.000 estudiantes, de los cuales alrededor de 1.800 provienen de 72 países.
"El IPK es respetado en todos los países de América Latina y más allá –dice Paul Farmer, profesor de antropología médica en la Escuela de Medicina de Harvard–.El IPK ha realizado importantes investigaciones en ciencias básicas, ha ayudado a desarrollar nuevas vacunas".Y Farmer agrega que "también ha adiestrado a miles de investigadores de Cuba y de todo el mundo.
Razones todas que nos permiten afirmar que es el instituto Pedro Kourí una de las más hermosas joyas cubanas de la salud, esa conquista que con tanto orgullo exhibimos los revolucionarios dentro y fuera del país.

16/4/07

Instituto Finlay: vanguardia mundial de la industria biotecnológica.

Entre las más de 40 instituciones científicas que se agrupan en el oeste de Ciudad de la Habana, hay una que sobresale por sus extraordinarios logros, me refiero al instituto Finlay, instalación que se dedica a la investigación y producción de vacunas humanas.
Fue ahí donde nació la primera y única vacuna efectiva en el mundo contra el meningococo del grupo B y con ella se inició un largo camino en la búsqueda de nuevos fármacos contra enfermedades que aún
carecen de una medida profiláctico curativa.
En estos momentos trabajan en la producción de vacunas clásicas, especialmente las del programa ampliado de inmunizaciones y en lograr el desarrollo de otras combinadas; su logro más reciente de manera conjunta con investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, también de la capital cubana, es la vacuna pentavalente, la segunda de este tipo que se obtiene en el mundo.
Son estas líneas de trabajo las que sitúan al instituto Finlay en la vanguardia mundial de la industria biotecnológica y médico farmacéutica y su principal resultado es el impacto social por los cientos de miles de vidas que han salvado y los millones que han protegido de enfermedades mortales o que producen severas secuelas a la humanidad.
En estos momentos trabajan en los proyectos de la vacuna contra el cólera, la combinada menimngitis BC_hepatitis B y la mejorada contra el tétano_Difteria_Pertusis; enfermedades muchas que no existen en Cuba pero que constituyen un serio peligro en naciones hermanas.
Además de estos proyectos de investigaciones, por ser un centro de producción, en sus modernas Bioplantas equipadas con tecnologías de avanzada existe la posibilidad de ofrecer capacidades productivas de vacunas bacterianas.
Su principal divisa es su capital humano que está conformado por unos 850 trabajadores, de una alta calificación técnico-profesional con una reconocida experiencia en el campo de las vacunas.
Razones que justifican por qué es el instituto Finlay una de las instituciones científicas que llenan de sano orgullo a todos los cubanos...

Las bondades del Interferón

El interferón en Cuba tiene ya 25 años, fue precisamente este aporte el que abrió las puertas al desarrollo de la biotecnología en la isla,.
Tuvimos el privilegio de ser el primer país del tercer mundo en lograrlo, era entonces el año 1981.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de asistir al encuentro conmemorativo por los 25 años del interferón y sinceramente, salí enriquecida como ser humano, se hicieron tantas anécdotas, se comentó tanto sobre las bondades de este producto biotecnológico que se aplica en el tratamiento de más de 20 enfermedades como las de tipo viral, las hepatitis y las diferentes neoplasias, pero al que aún le queda mucho camino por andar.
El doctor Pedro López Saura es uno de esos hombres a quien la vida le dio la oportunidad de ser testigo excepcional de esos momentos y él nos comentaba el protagonismo que en ese empeño tenía nuestro Comandante en Jefe, sus visitas diarias a la instalación donde estaban trabajando, la preocupación por cada detalle y el nivel de exigencias por la excelencia del trabajo, porque si algo ha caracterizado a FIdel es su visión optimista y de futuro. .
Eran aquellos tiempos en los que Cuba había sufrido una terrible epidemia de dengue hemorrágico que provocó la muerte a cientos de personas, entre ellos un centenar de menores, una epidemia producto de una guerra biológica.
Por ello, Fidel les decía “que no había derecho a regatear horas de esfuerzo cuando la vida de muchas personas podía depender del trabajo que estaban haciendo”.
Recuerdo que ese día del 25 aniversario, en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, se habían reunido pacientes y familiares, con ánimos de celebración y entre ellos, se encontraban los padres de la primera niña que en Cuba recibió el tratamiento con interferón.
Ella tenía en esa época 2 años y padecía de un cáncer en el oído medio, ya le habían hecho varias intervenciones quirúrgicas y el tumor se reproducía.; los médicos reunieron a ambos padres para informarles que no tenían nada más que hacer .
El papá había escuchado hablar del interferón, se habían reportado los primeros beneficios de su aplicación en Cuba, pero todos los casos eran de personas adultas y desesperado, pidió que se lo aplicaran a su niñita, era la única esperanza y a ella se aferraba.
Los médicos valoraron y decidieron aplicarlo por vez primera a una menor. Hoy esa pequeña es una joven de 22 años que estudia economía en la Universidad de la Habana..
Fue la mamá quien hizo esta historia, mientras orgullosa mostraba las fotos de una hermosa muchacha, el padre solo se limitó a ofrecer algunas estadísticas. La cantidad de operaciones que hicieron a su hija, los años que duró su tratamiento con interferón, las consultas e ingresos, en los Estados Unidos le hubieran costado 250 mil dólares.
El y su esposa son sencillos trabajadores cubanos y jamás hubieran tenido posibilidad de soñar con una cifra semejante ni para rescatar la vida de su única hijita.
Creo que sobran las palabras, por eso el padre, muy emocionado solo dijo: ¡GRACIAS FIDEL!

Ejerce extraordinario impacto en la salud y vida de los cubanos el desarrollo de la industria biofarmacéutica

Una industria que está en el punto de mira del plan Bush para Cuba, es la biofarmacéutica, porque a criterio de nuestros prepotentes vecinos somos un país pequeño, pobre, resulta demasiado costosa y nosotros no la necesitamos.
Verdaderamente el odio y despecho los tiene ciegos.
Por fortuna para los 12 millones de cubanos que residimos aquí, la isla desde San Antonio a Maisí, está sembrado de centro de investigaciones y el polo cientifico del oeste de la Habana es un ejemplo elocuente de ello.
Instituciones como el Finlay, El Pedro Kourí, Ingeniería Genética y Biotecnología y el Centro Nacional de Investigaciones Cientificas son solo cuatro de más de una veintena, y en cada uno de ellos, sus colectivos de trabajadores tienen como principales divisas una elevadísima ética, sobre dosis de consagración y entrega y la búsqueda constante de salud y vida, no solo para los cubanos, sino también para muchos pueblos en el mundo.
En sus laboratorios han visto la luz moléculas biofarmacéuticas recombinantes como los Interferones,que han hecho historia en sus 25 años, la estreptoquinasa, el factor de crecimiento epidérmico y un numeroso grupo de vacunas que han permitido inmunizar a nuestros niños contra 13 enfermedades, muchas de ellas, desterradas definitivamente del panorama de salud cubano.
Es cierto que las investigaciones científicas son muy costosas, que Cuba es un país pequeño y pobre, pero su capital humano supera todas las difícultades y para los 12 millones de cubanos, tal como nos enseñara el CHE, la vida de un solo ser humano vale más que todas las riquezas del hombre más rico de la tierra.

Pacientes de más de un centenar de naciones viajan a Cuba para recibir tratamiento contra el vitiligo

En la década de los años 70, Cuba , mediante convenio comercial exportaba a los laboratorios MERIUX de Francia, 40 toneladas anuales de placenta humana, pagadas a MIL 200 dólares cada una.
Al propio tiempo, el doctor Carlos Miyares Cao, médico especialista en ginecobstetricia y farmacología de la Escuela de Medicina de la Universidad de la Habana, descubrió una sustancia con actividad estimulante de la pigmentación de la piel, estudiando el metabolismo de placentas mantenidas con vida en condiciones de laboratorio.
La utilización exitosa en nuestro país de esa sustancia en el tratamiento de una enfermedad como el vitiligo, determinó que en los años 80 Cuba suspendiera las exportaciones de placentas a Francia y se iniciara en la isla la producción de un nuevo medicamento: la melagenina.
En el año 1985 se crea el primer servicio de atención a pacientes con vitiligo en la clínica Cira García de la capital cubana bajo la responsabilidad del propio doctor Miyares y fue tal la repercusión alcanzada, incluso a nivel internacional que se decide fundar el Centro de Histoterapia Placentaria.
Desde entonces ha sido tal la demanda que hoy por hoy esta institución científica cubana ha establecido centros en Islas Canarias, República de San Marino, Madrid, Bogotá, Ciudad de Méjico, Brasil, Perú, Nicaragua, Salvador, Argentina, Kiev, Moscú, Kirguizia, Letonia y Nigeria y el personal médico recibe sus entrenamientos en Cuba.
Más de 30 asociaciones de pacientes de vitiligo solicitan la introducción del medicamento cubano en sus respectivos países; pero no sólo la Melagenina han obtenido el doctor Miyares Cao y su equipo en el Centro de Histoterapia Placentaria, también una amplia gama de productos útiles para otras patologías y una línea de cosméticos de gran eficacia para retardar el proceso de envejecimiento celular.
Su divisa es trabajar para devolver la sonrisa a los niños, la belleza a la mujer y la confianza en la vida a los hombres, por ello, cada año, pacientes de más de un centenar de países acuden a esta clínica cubana confiados en recuperar su salud y recibir una atención esmerada.

La vacuna cubana contra el cáncer de pulmón logró estremecer las barreras del bloqueo.

La vacuna cubana contra el cáncer de pulmón, desarrollada en el centro de inmunología molecular de la Habana penetró las fronteras de los Estados Unidos.

Es esta una vacuna que cumple con los estándares de calidad tecnológica del primer mundo y se basa en el factor de crecimiento epidérmico, una proteína muy relacionada con el crecimiento celular que fue sometida a ensayos clínicos en Cuba con evidentes ventajas de sobrevida para los enfermos.

Cuando se conocieron los primeros resultados clínicos de Cuba con la vacuna para tratar el cáncer de pulmón, la empresa estadounidense CANCERVAX CORPORATION contactó con la institución científica cubana y luego de años de negociaciones, firmaron un acuerdo para la transferencia de tecnologías biotecnológicas, destinadas a la producción cooperada de vacunas contra el cáncer.

El doctor Donald Morton, director y cirujano jefe del instituto del cáncer John Wagner de Los Ángeles, California, valoró de esperanzadora la vacuna cubana, teniendo en cuenta que en el norteño país, la incidencia de esa patología en el pulmón, provoca la muerte cada año a más de 500 MIL personas.