16/4/07

Instituto Finlay: vanguardia mundial de la industria biotecnológica.

Entre las más de 40 instituciones científicas que se agrupan en el oeste de Ciudad de la Habana, hay una que sobresale por sus extraordinarios logros, me refiero al instituto Finlay, instalación que se dedica a la investigación y producción de vacunas humanas.
Fue ahí donde nació la primera y única vacuna efectiva en el mundo contra el meningococo del grupo B y con ella se inició un largo camino en la búsqueda de nuevos fármacos contra enfermedades que aún
carecen de una medida profiláctico curativa.
En estos momentos trabajan en la producción de vacunas clásicas, especialmente las del programa ampliado de inmunizaciones y en lograr el desarrollo de otras combinadas; su logro más reciente de manera conjunta con investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, también de la capital cubana, es la vacuna pentavalente, la segunda de este tipo que se obtiene en el mundo.
Son estas líneas de trabajo las que sitúan al instituto Finlay en la vanguardia mundial de la industria biotecnológica y médico farmacéutica y su principal resultado es el impacto social por los cientos de miles de vidas que han salvado y los millones que han protegido de enfermedades mortales o que producen severas secuelas a la humanidad.
En estos momentos trabajan en los proyectos de la vacuna contra el cólera, la combinada menimngitis BC_hepatitis B y la mejorada contra el tétano_Difteria_Pertusis; enfermedades muchas que no existen en Cuba pero que constituyen un serio peligro en naciones hermanas.
Además de estos proyectos de investigaciones, por ser un centro de producción, en sus modernas Bioplantas equipadas con tecnologías de avanzada existe la posibilidad de ofrecer capacidades productivas de vacunas bacterianas.
Su principal divisa es su capital humano que está conformado por unos 850 trabajadores, de una alta calificación técnico-profesional con una reconocida experiencia en el campo de las vacunas.
Razones que justifican por qué es el instituto Finlay una de las instituciones científicas que llenan de sano orgullo a todos los cubanos...

Las bondades del Interferón

El interferón en Cuba tiene ya 25 años, fue precisamente este aporte el que abrió las puertas al desarrollo de la biotecnología en la isla,.
Tuvimos el privilegio de ser el primer país del tercer mundo en lograrlo, era entonces el año 1981.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de asistir al encuentro conmemorativo por los 25 años del interferón y sinceramente, salí enriquecida como ser humano, se hicieron tantas anécdotas, se comentó tanto sobre las bondades de este producto biotecnológico que se aplica en el tratamiento de más de 20 enfermedades como las de tipo viral, las hepatitis y las diferentes neoplasias, pero al que aún le queda mucho camino por andar.
El doctor Pedro López Saura es uno de esos hombres a quien la vida le dio la oportunidad de ser testigo excepcional de esos momentos y él nos comentaba el protagonismo que en ese empeño tenía nuestro Comandante en Jefe, sus visitas diarias a la instalación donde estaban trabajando, la preocupación por cada detalle y el nivel de exigencias por la excelencia del trabajo, porque si algo ha caracterizado a FIdel es su visión optimista y de futuro. .
Eran aquellos tiempos en los que Cuba había sufrido una terrible epidemia de dengue hemorrágico que provocó la muerte a cientos de personas, entre ellos un centenar de menores, una epidemia producto de una guerra biológica.
Por ello, Fidel les decía “que no había derecho a regatear horas de esfuerzo cuando la vida de muchas personas podía depender del trabajo que estaban haciendo”.
Recuerdo que ese día del 25 aniversario, en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, se habían reunido pacientes y familiares, con ánimos de celebración y entre ellos, se encontraban los padres de la primera niña que en Cuba recibió el tratamiento con interferón.
Ella tenía en esa época 2 años y padecía de un cáncer en el oído medio, ya le habían hecho varias intervenciones quirúrgicas y el tumor se reproducía.; los médicos reunieron a ambos padres para informarles que no tenían nada más que hacer .
El papá había escuchado hablar del interferón, se habían reportado los primeros beneficios de su aplicación en Cuba, pero todos los casos eran de personas adultas y desesperado, pidió que se lo aplicaran a su niñita, era la única esperanza y a ella se aferraba.
Los médicos valoraron y decidieron aplicarlo por vez primera a una menor. Hoy esa pequeña es una joven de 22 años que estudia economía en la Universidad de la Habana..
Fue la mamá quien hizo esta historia, mientras orgullosa mostraba las fotos de una hermosa muchacha, el padre solo se limitó a ofrecer algunas estadísticas. La cantidad de operaciones que hicieron a su hija, los años que duró su tratamiento con interferón, las consultas e ingresos, en los Estados Unidos le hubieran costado 250 mil dólares.
El y su esposa son sencillos trabajadores cubanos y jamás hubieran tenido posibilidad de soñar con una cifra semejante ni para rescatar la vida de su única hijita.
Creo que sobran las palabras, por eso el padre, muy emocionado solo dijo: ¡GRACIAS FIDEL!

Ejerce extraordinario impacto en la salud y vida de los cubanos el desarrollo de la industria biofarmacéutica

Una industria que está en el punto de mira del plan Bush para Cuba, es la biofarmacéutica, porque a criterio de nuestros prepotentes vecinos somos un país pequeño, pobre, resulta demasiado costosa y nosotros no la necesitamos.
Verdaderamente el odio y despecho los tiene ciegos.
Por fortuna para los 12 millones de cubanos que residimos aquí, la isla desde San Antonio a Maisí, está sembrado de centro de investigaciones y el polo cientifico del oeste de la Habana es un ejemplo elocuente de ello.
Instituciones como el Finlay, El Pedro Kourí, Ingeniería Genética y Biotecnología y el Centro Nacional de Investigaciones Cientificas son solo cuatro de más de una veintena, y en cada uno de ellos, sus colectivos de trabajadores tienen como principales divisas una elevadísima ética, sobre dosis de consagración y entrega y la búsqueda constante de salud y vida, no solo para los cubanos, sino también para muchos pueblos en el mundo.
En sus laboratorios han visto la luz moléculas biofarmacéuticas recombinantes como los Interferones,que han hecho historia en sus 25 años, la estreptoquinasa, el factor de crecimiento epidérmico y un numeroso grupo de vacunas que han permitido inmunizar a nuestros niños contra 13 enfermedades, muchas de ellas, desterradas definitivamente del panorama de salud cubano.
Es cierto que las investigaciones científicas son muy costosas, que Cuba es un país pequeño y pobre, pero su capital humano supera todas las difícultades y para los 12 millones de cubanos, tal como nos enseñara el CHE, la vida de un solo ser humano vale más que todas las riquezas del hombre más rico de la tierra.

Pacientes de más de un centenar de naciones viajan a Cuba para recibir tratamiento contra el vitiligo

En la década de los años 70, Cuba , mediante convenio comercial exportaba a los laboratorios MERIUX de Francia, 40 toneladas anuales de placenta humana, pagadas a MIL 200 dólares cada una.
Al propio tiempo, el doctor Carlos Miyares Cao, médico especialista en ginecobstetricia y farmacología de la Escuela de Medicina de la Universidad de la Habana, descubrió una sustancia con actividad estimulante de la pigmentación de la piel, estudiando el metabolismo de placentas mantenidas con vida en condiciones de laboratorio.
La utilización exitosa en nuestro país de esa sustancia en el tratamiento de una enfermedad como el vitiligo, determinó que en los años 80 Cuba suspendiera las exportaciones de placentas a Francia y se iniciara en la isla la producción de un nuevo medicamento: la melagenina.
En el año 1985 se crea el primer servicio de atención a pacientes con vitiligo en la clínica Cira García de la capital cubana bajo la responsabilidad del propio doctor Miyares y fue tal la repercusión alcanzada, incluso a nivel internacional que se decide fundar el Centro de Histoterapia Placentaria.
Desde entonces ha sido tal la demanda que hoy por hoy esta institución científica cubana ha establecido centros en Islas Canarias, República de San Marino, Madrid, Bogotá, Ciudad de Méjico, Brasil, Perú, Nicaragua, Salvador, Argentina, Kiev, Moscú, Kirguizia, Letonia y Nigeria y el personal médico recibe sus entrenamientos en Cuba.
Más de 30 asociaciones de pacientes de vitiligo solicitan la introducción del medicamento cubano en sus respectivos países; pero no sólo la Melagenina han obtenido el doctor Miyares Cao y su equipo en el Centro de Histoterapia Placentaria, también una amplia gama de productos útiles para otras patologías y una línea de cosméticos de gran eficacia para retardar el proceso de envejecimiento celular.
Su divisa es trabajar para devolver la sonrisa a los niños, la belleza a la mujer y la confianza en la vida a los hombres, por ello, cada año, pacientes de más de un centenar de países acuden a esta clínica cubana confiados en recuperar su salud y recibir una atención esmerada.

La vacuna cubana contra el cáncer de pulmón logró estremecer las barreras del bloqueo.

La vacuna cubana contra el cáncer de pulmón, desarrollada en el centro de inmunología molecular de la Habana penetró las fronteras de los Estados Unidos.

Es esta una vacuna que cumple con los estándares de calidad tecnológica del primer mundo y se basa en el factor de crecimiento epidérmico, una proteína muy relacionada con el crecimiento celular que fue sometida a ensayos clínicos en Cuba con evidentes ventajas de sobrevida para los enfermos.

Cuando se conocieron los primeros resultados clínicos de Cuba con la vacuna para tratar el cáncer de pulmón, la empresa estadounidense CANCERVAX CORPORATION contactó con la institución científica cubana y luego de años de negociaciones, firmaron un acuerdo para la transferencia de tecnologías biotecnológicas, destinadas a la producción cooperada de vacunas contra el cáncer.

El doctor Donald Morton, director y cirujano jefe del instituto del cáncer John Wagner de Los Ángeles, California, valoró de esperanzadora la vacuna cubana, teniendo en cuenta que en el norteño país, la incidencia de esa patología en el pulmón, provoca la muerte cada año a más de 500 MIL personas.