16/4/07

Ejerce extraordinario impacto en la salud y vida de los cubanos el desarrollo de la industria biofarmacéutica

Una industria que está en el punto de mira del plan Bush para Cuba, es la biofarmacéutica, porque a criterio de nuestros prepotentes vecinos somos un país pequeño, pobre, resulta demasiado costosa y nosotros no la necesitamos.
Verdaderamente el odio y despecho los tiene ciegos.
Por fortuna para los 12 millones de cubanos que residimos aquí, la isla desde San Antonio a Maisí, está sembrado de centro de investigaciones y el polo cientifico del oeste de la Habana es un ejemplo elocuente de ello.
Instituciones como el Finlay, El Pedro Kourí, Ingeniería Genética y Biotecnología y el Centro Nacional de Investigaciones Cientificas son solo cuatro de más de una veintena, y en cada uno de ellos, sus colectivos de trabajadores tienen como principales divisas una elevadísima ética, sobre dosis de consagración y entrega y la búsqueda constante de salud y vida, no solo para los cubanos, sino también para muchos pueblos en el mundo.
En sus laboratorios han visto la luz moléculas biofarmacéuticas recombinantes como los Interferones,que han hecho historia en sus 25 años, la estreptoquinasa, el factor de crecimiento epidérmico y un numeroso grupo de vacunas que han permitido inmunizar a nuestros niños contra 13 enfermedades, muchas de ellas, desterradas definitivamente del panorama de salud cubano.
Es cierto que las investigaciones científicas son muy costosas, que Cuba es un país pequeño y pobre, pero su capital humano supera todas las difícultades y para los 12 millones de cubanos, tal como nos enseñara el CHE, la vida de un solo ser humano vale más que todas las riquezas del hombre más rico de la tierra.