El interferón en Cuba tiene ya 25 años, fue precisamente este aporte el que abrió las puertas al desarrollo de la biotecnología en la isla,.
Tuvimos el privilegio de ser el primer país del tercer mundo en lograrlo, era entonces el año 1981.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de asistir al encuentro conmemorativo por los 25 años del interferón y sinceramente, salí enriquecida como ser humano, se hicieron tantas anécdotas, se comentó tanto sobre las bondades de este producto biotecnológico que se aplica en el tratamiento de más de 20 enfermedades como las de tipo viral, las hepatitis y las diferentes neoplasias, pero al que aún le queda mucho camino por andar.
El doctor Pedro López Saura es uno de esos hombres a quien la vida le dio la oportunidad de ser testigo excepcional de esos momentos y él nos comentaba el protagonismo que en ese empeño tenía nuestro Comandante en Jefe, sus visitas diarias a la instalación donde estaban trabajando, la preocupación por cada detalle y el nivel de exigencias por la excelencia del trabajo, porque si algo ha caracterizado a FIdel es su visión optimista y de futuro. .
Eran aquellos tiempos en los que Cuba había sufrido una terrible epidemia de dengue hemorrágico que provocó la muerte a cientos de personas, entre ellos un centenar de menores, una epidemia producto de una guerra biológica.
Por ello, Fidel les decía “que no había derecho a regatear horas de esfuerzo cuando la vida de muchas personas podía depender del trabajo que estaban haciendo”.
Recuerdo que ese día del 25 aniversario, en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, se habían reunido pacientes y familiares, con ánimos de celebración y entre ellos, se encontraban los padres de la primera niña que en Cuba recibió el tratamiento con interferón.
Ella tenía en esa época 2 años y padecía de un cáncer en el oído medio, ya le habían hecho varias intervenciones quirúrgicas y el tumor se reproducía.; los médicos reunieron a ambos padres para informarles que no tenían nada más que hacer .
El papá había escuchado hablar del interferón, se habían reportado los primeros beneficios de su aplicación en Cuba, pero todos los casos eran de personas adultas y desesperado, pidió que se lo aplicaran a su niñita, era la única esperanza y a ella se aferraba.
Los médicos valoraron y decidieron aplicarlo por vez primera a una menor. Hoy esa pequeña es una joven de 22 años que estudia economía en la Universidad de la Habana..
Fue la mamá quien hizo esta historia, mientras orgullosa mostraba las fotos de una hermosa muchacha, el padre solo se limitó a ofrecer algunas estadísticas. La cantidad de operaciones que hicieron a su hija, los años que duró su tratamiento con interferón, las consultas e ingresos, en los Estados Unidos le hubieran costado 250 mil dólares.
El y su esposa son sencillos trabajadores cubanos y jamás hubieran tenido posibilidad de soñar con una cifra semejante ni para rescatar la vida de su única hijita.
Creo que sobran las palabras, por eso el padre, muy emocionado solo dijo: ¡GRACIAS FIDEL!