9/4/10

Una hermosa lección de dignidad

En su alegato de defensa el cubano Fernando González Llort, uno de los cinco compatriotas prisioneros en cárceles estadounidense dijo: ”Todo hombre que se respete a si mismo se debe a su patria” y concluía que en los años de presidio le acompañaría la dignidad aprendida de su pueblo y de su historia.
Palabras que por estos días he recordado una y otra vez porque nuevamente mi país es el centro de una despiadada y brutal campaña de descréditos y calumnias, pero es una historia que se repite con cada gobierno que  llega a la Casa Blanca en los últimos 50 años.
Cuba es un país con una población 25 veces menor y decena de veces más pequeño en territorio  que Estados Unidos, sin embargo, ha visto correr la sangre de sus ciudadanos como consecuencia de actos terroristas organizados y ejecutados desde territorio norteamericano en una proporción mayor que todos los estadounidenses caídos en la guerra de Vietnam y entre esas víctimas un número considerable eran niños y mujeres.
Primero fueron los ataques a lanchas piratas contra poblaciones indefensas e invasiones mercenarias, luego atentados de todo tipo contra nuestros dirigentes y hasta con la población civil como en el caso del avión de Barbados, pero también han estado las guerras bacteriológicas y siempre las calumnias oportunas.
Por eso a los cubanos nos resulta cada vez más repulsivo que individuos nacidos en esta tierra desde posiciones tan variadas como camajanes oportunistas, las inofensivas damas vestidas de blanco portando gladiolos en sus manos,  líderes del ciberespacio o los llamados prisioneros de conciencia donde de cobijan delincuentes comunes, pero todos mercenarios que llenan sus bolsillos con el dinero que emana de calumniar a la patria al ritmo de la trompeta imperial.
Esos son los sietemesinos de los que hablaba Martí, pero, afortunadamente frente a esos malos cubanos se alza un pueblo digno que los repudia y condena, un pueblo que se nutre de su historia para vivir, crecer, crear, amar, cantar y seguir haciendo historia.
Un pueblo en el que existen millones que como Antonio, René, Ramón, Gerardo y Fernando dan cada día hermosas lecciones de dignidad al mundo y este Concierto por la Patria da fe de ello.
María de los Ángeles Polo Vega