12/4/10

Una interesante historia tienen los gladiolos

El conocido periodista Max Lesnik en un excelente artículo que circula por el cibespacio y que ha titulado “La batalla de las dos flores”, pasa revista a las tantas veces que estas han sido esgrimidas a lo largo de la historia en conflictos ideológicos o enfrentamientos de grupos humanos por discrepancias políticas.

Afirma Lesnik en su trabajo que la tradición nació en la Inglaterra del siglo XV, entre los partidarios de la Casa York con su rosa blanca como estandarte y los de la Casa Lancaster que tenía la rosa roja y ambos se enfrentaban por el trono.

Y así, entre anécdotas curiosas llega a la historia del gladiolo que hoy esgrimen en su batalla las famosas damas de blanco de Cuba y nos cuenta que esta flor, oriunda del África Austral recibe su nombre simbólicamente del Gladio, que significa espada, arma de guerra de acerado filo que portaban en combate los gladiadores de la Roma Imperial.

A los gladiadores que luchaban en el circo romano se les otorgaba una flor de gladiolo y un premio en metálico como recompensa y paga del imperio cuando mataban a su adversario en un sangriento combate.

Precisamente de esa historia de la Roma Imperial, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos tomó el nombre de Gladio para bautizar una de sus operaciones de inteligencia y subversión más reconocidas de la Guerra fría en Europa y que sólo dejó de existir en el Viejo Continente, tras el derrumbe del campo socialista y la desaparición de la URSS.

Curiosamente es un gladiolo la flor que levantan como estandarte las damas de blanco en la Habana, ¿es ignorancia? ¿casualidad?.

Las preguntas quedan ahí para que usted, como dice nuestro colega Reinaldo Taladrid, saque sus propias conclusiones.

Yo prefiero la mariposa, nuestra flor nacional, que aunque llegada de la tierra de los anamitas, era la que llevaban con orgullo en sus pechos y cabellos las madres, esposas e hijas de aquellos valientes mambises en la manigua redentora cuando enfrentaban a las tropas de otro imperio colonial, el imperio español.

Gracias le doy desde Cuba a ese excelente periodista que desde  las propias entrañas del monstruo nos advierte que por románticos y hasta inofensivos que pudiera parecernos esos símbolos, siempre encierran un mensaje ¿no lo cree usted así?

María de los Ángeles Polo